No pensaba en escalar montañas, desde luego. Arriesgar su vida por deporte no era lo más divertido, repetía a sus amigos, mientras los veía preparar la ascensión. Era peligroso, y ellos no veían el peligro.
Un día dijo “¡Qué demonios! Tendrán razón”, y les acompañó.
“Pues tenía razón, nos jugamos la vida por nada”, dijo su buen amigo Rubén, en su funeral.
3 comentarios:
cada vez me sorprendes mas, breve pero directo, me ha llegado, muy bien, me gusta! xD
yo conozco a un xico q se cayó desde una altura de seis metros haciendo escalada, ha estado bastante mal sin poder andar ni moverse, pero ahora lleva ya unos meses con la rehabilitacion y parece que va mejor, pero nunca se sabe cuando una bonita tarde de domingo puede acabar en tragedia.
Un saludo!
Grácias.
Los micros me vienen siempre a raiz de un pensamiento súbito.
No suelen tener un motivo exacto, pero acaban siendo así, directos y con sorpresa...
Espero que tu amigo mejore.
Por cierto, la escalada tiene mucho que ver con otro proyecto mío, que espero que vea la luz algún día...
Algún día...
Y eso, que el deporte me da alergia... :-D
Un saludín
En fin, a ver si te animas y por lo menos ofreces una ración semanal, que viene de perlas para leer algo con sustancia mientras devoras paella fría en un tupperware.
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