lunes, mayo 07, 2007

AVISO

Mientras esperaba en el aeropuerto, cogió disimuladamente el paquete. De soslayo, para que no le vieran los de seguridad, leyó el mensaje de advertencia. La frase le hizo sonreir.
Se dirigió al baño de caballeros, siguiendo a un hombre rubio que le cayó en gracia, mientras iba abriendo el paquete.
Sería rápido, como siempre. Y furtivo, que no era cuestión de que le llamaran la atención.
Cuando terminó, se lavó la sangre de las manos y se cambió la camisa empapada del líquido carmesí.
Dejó el paquete de cuchillas en el lavabo, encendió un cigarrillo y volvió a sonreir, ante la advertencia, escrita a boli por él mismo cuando lo compró, que decí: "Matar da ganas de fumar"